1.- Cuatro papeletas: Se elegirán 155 integrantes de la Convención Constituyente, 16 gobernadores, 345 alcaldes y 2.252 concejales. A cada elector se le entregarán cuatro votos. De color beige (convencionales constituyentes generales) o verde (convencionales constituyentes de los pueblos indígenas, si corresponde y el elector lo solicita); de color naranja, para los gobernadores regionales; celeste, para los alcaldes, y blanco, para los concejales. Se podrá votar sólo por un candidato en cada uno de esos cargos.
2.- En dos días: Por primera y única vez la jornada electoral se llevará a cabo en dos días, en el marco de la pandemia y para posibilitar la asistencia de adultos mayores, enfermos crónicos, embarazadas y personas con discapacidad.
3.- La madre de todas las batallas es la Convención Constituyente, cuyo mandato puede extenderse hasta después de que asuma el próximo Presidente, el 11 de marzo de 2022. Lo que está en juego son las reglas del juego de las próximas décadas -de ahí que sea una elección tan o más importante que la presidencial- y el diseño político y económico del país. El proceso coincidirá en sus primeros meses con un ciclo electoral -en noviembre se realizará la elección presidencial y parlamentaria-, lo que podría derivar en una inflación de expectativas en ese período.
4.- El dilema del tercio: La pregunta es si la centroizquierda y los sectores más radicales lograrán los dos tercios (104 escaños). Aquello no definiría una redacción unilateral de la Constitución, como destacan muchos expertos y comprueba la fragmentación política opositora. La oposición compite en varias listas y difícilmente la asamblea se dividirá en dos bloques (los constituyentes moderados suponen acuerdos transversales). La primera batalla será delimitar al reglamento de la Convención. Todo apunta a que el poder político se radicará en la Convención y no en el Congreso.
5.- Lo que se juega el Gobierno: Hasta antes del tercer retiro de fondos de AFP se hablaba de que Chile Vamos obtendría entre 58 o 60 constituyentes. El peor escenario era llegar a 52 representantes, vale decir, justo el tercio de los constituyentes. Las proyecciones electorales oficialistas se deterioraron a partir de la crisis de La Moneda, que apostó por el ir al TC y fue derrotada. Un mal resultado de Chile Vamos supone un alto costo para el gobierno y el Presidente, cuya popularidad marca un dígito y que, a 10 meses de abandonar La Moneda, enfrenta la desafección de Chile Vamos y un Congreso imparable.
6.- Primera elección de gobernadores en Chile: Una reforma de 2017 permitió que los gobernadores sean elegidos por votación popular por 4 años y reelectos por una vez (hasta ahora la máxima autoridad regional es el intendente, designado por el Presidente). Deben obtener más del 40% de los votos válidos, por lo que está contemplada una segunda vuelta, el 13 de junio. Se ha considerado que las atribuciones de estas autoridades son insuficientes y que pueden confundirse con las del nuevo delegado regional presidencial.
7.- Las dos caras de los independientes: Una cantidad inédita de independientes buscan integrar la Convención Constitucional, al margen de los partidos. Son más de 760 candidatos. Algunos analistas apuntan a que tendrán una baja representación, debido al sistema electoral, que premia a las listas y los partidos. Un estudio de Criteria identificó 3 grupos que votaron por el Apruebo. Al mayoritario, del mundo independiente, los llamó “ilusionados”: El 92% de ellos cree que la Convención será liderada por ciudadanos antes que por políticos. Este factor fue evaluado como un riesgo latente de alta frustración.
8.- La elección municipal como predictor: Desde 1992, el resultado de las municipales ha servido como un buen predictor para saber cómo se moverá el tablero en las siguientes presidenciales. Así, cuando la derecha obtuvo un buen resultado, en 2008 y 2016, al año siguiente la elección la ganó Piñera. A diferencia de la elección de constituyentes, donde se espera un efecto adverso a partir de la identificación con el gobierno, en la de los alcaldes se premian otros factores, como la gestión local. Los expertos prevén un retroceso electoral de Chile Vamos respecto de 2016, pero que tendrá su mejor desempeño a nivel de alcaldes y de población gobernada, sobrepasando en ambos aspectos a las otras listas.
9.- Paridad de género: Este factor es el que hace el proceso constituyente chileno inédito en el mundo. Ningún género podrá tener más de un 50% + 1 de la convención. Esto quiere decir que podrá haber un máximo de 78 mujeres u hombres electos. Se utilizará un sistema de corrección de resultados en cada distrito para que los escaños de cada zona se distribuyan en forma paritaria entre hombres y mujeres.
10.- Escaños reservados: Por primera vez habrá escaños reservados para los pueblos indígenas. Se trata de 17 constituyentes que serán elegidos a través de un padrón especial. Los electores podrán votar por su pueblo originario independiente de la región donde residan, pero solo podrán elegir a representantes de su etnia.
11.- Participación: La vara del plebiscito.Con voto voluntario, vigente desde 2012, el plebiscito constitucional de octubre convocó a 7,5 millones de personas, totalizando el 51% del padrón electoral. Entonces, la pandemia estaba con cifras más bajas que en la actualidad y se debía marcar dos papelas.
12.- Hegemonía en la izquierda: En la elección compiten varias oposiciones. Y, en el escenario post 18-O, constituye la primera medición de fuerzas entre la centroizquierda y la alianza PC-Frente Amplio. La izquierda ve una oportunidad propicia para disputar la hegemonía de la ex Concertación, aprovechando el bajo apoyo en encuestas de sus presidenciables.
13.- ¿Fin del declive de la DC? En 30 años pasó de ser la colectividad más grande a un actor secundario y perdió casi 1.5 millones de votantes. Hoy los analistas prevén un buen resultado para el partido. La primera señal fueron las primarias para la elección de gobernadores de Unidad Constituyente: logró triunfar en 7 de las 16 regiones. La DC tiene menos competencia en la izquierda dura y viene preparando la elección desde 2018 ante la eventualidad de que se concretara un aislamiento electoral por su apoyo selectivo a reformas del Gobierno hasta el 18-O.